Los cultores naturales son aquellas personas que cultivan un saber o un hacer tradicional. Es decir, se dedican día a día a mantener y transmitir una manifestación cultural particular, que suele formar parte de la identidad de un territorio o pueblo. Los cultores son herederos de un conocimiento ancestral transmitido oralmente, muchas veces a través de su familia; esto último hace que los cultores se inicien tempranamente en los saberes y haceres tradicionales.
En el caso de los cultores del canto a lo poeta, ellos se han dedicado a mantener y transmitir todas las de expresión del canto a lo poeta: el Canto a lo Divino, el canto a lo Humano y la Paya. Son portadores de versos de cientos de años de antigüedad (tal como "Bendita sea tu pureza"), que se han memorizado desde muy niños y que revitalizan cada vez que lo entonan. Además, suelen componer versos nuevos para enriquecer el repertorio tradicional.
Por otra parte, han mantenido vivas las entonaciones tradicionales (melodías) y los toquíos tradicionales en rabel, guitarrón chileno y en guitarra traspuesta con sus múltiples afinaciones (ver "librillo expositivo" en sección Biblioteca)
Gracias a este proyecto “Canto, poesía y melodías” tuvimos la oportunidad de visitar y entrevistas a algunos cultores del canto a lo poeta, con quienes compartimos momentos inspiradores que nos animan a continuar trabajando.
Domingo Pontigo Meléndez
En 1939, don Domingo nace en cuna de cantores. Nos cuenta que sus antecesores vinieron junto con los primeros sacerdotes Jesuitas que llegaron a Chile, que sabía cantar a lo Divino antes de aprender a leer y escribir, que aún recuerda un verso que compuso para su primer amor, y que su transición a “la voz de macho” le impidió cantar por casi 2 años durante su adolescencia. Puede escuchar parte de la entrevista en el programa radial “Canto a lo Divino” (insertar link ver sección Biblioteca).
Actualmente, reside en el sector de Las Pataguas, San Pedro de Melipilla (Región Metropolitana). Además de cultivar frutillas, se preocupa de cultivar el canto a lo poeta. Dedica muchas horas a componer versos a lo Divino y a lo humano, los que han logrado completar numerosos libros, incluyendo la historia de Chile escrita en décimas (“El Paraíso de América”, Ediciones Biblioteca Nacional).
Es acreedor de muchísimos reconocimientos, diplomas y galardones, que decoran alegremente los muros de su comedor. Entre éstos, se destaca el reconocimiento de UNESCO en 2010.
Aída Correa
La señora Aída nos recibe gratamente en su casa de La Llavería, comuna de Las Cabras (VI región). Compartiendo té y galletitas, nos cuenta que desde niña observaba en silencio mientras su papá (el cantor Andrés Correa) entonaba versos con su guitarra traspuesta junto al fogón. Un día, se animó y le dijo que ella también sabía cantar; entonces su padre la desafió a que lo comprobara. Desde ese día, cantaron juntos por muchos años, siendo por mucho tiempo una de las pocas cantoras en el canto a lo poeta, que siempre ha contado con fuerte presencia masculina.
Aída se ha destacado por su capacidad de gestión de encuentros de versos a lo humano, de la vigilia por la Asunción de la Virgen en su capilla, y por su calidad poética. Tanto así, que este año 2017 fue ganadora del primer premio en el concurso “Historias de nuestra tierra” del Ministerio de Agricultura. Y por su puesto, su gran simpatía y profunda voz son otros de sus grandes atributos.
Puede escuchar parte de la entrevista en el programa de radio sobre El Canto a lo Divino.
Arnoldo Madariaga Encina
Don Arnoldo vive en Las Chacarillas, comuna de Cartagena (V región). Su casa se ubica entre cerros con árboles nativos, donde pastan tranquilas sus ovejas y vacas. Ahí es fácil olvidar que nos encontramos en una comuna del Litoral Central: no se ve el mar, tampoco se ven pinos ni eucaliptos. Su hogar es un remanso y relicto del campo centrino antiguo.
Nos cuenta que aprendió a cantar observando y escuchando a sus mayores, mucho antes de aprender a leer y escribir. De hecho, don Arnoldo compone sus hermosos versos de una forma muy especial, pues no utiliza papel y lápiz como la mayoría, sino que su metodología es puramente oral: crea y corrige sus versos sólo de memoria. Así, don Arnoldo tiene mantiene en su cabeza cientos de versos propios y del repertorio tradicional. Por eso es famosa su frase “yo tengo un verso por eso”.
Durante el año 2017, don Arnoldo y su familia fueron reconocidos con dos grandes galardones: el Premio a la Trayectoria en Cultura Tradicional Margot Loyola, y el reconocimiento como Tesoro Humano Vivo, ambos a través del Consejo de la Cultura y las Artes. Además, durante el mes de septiembre del mismo año, se hizo el lanzamiento del libro “Vida y obra del poeta popular, cantor a lo divino y payador Arnoldo Madariaga Encina”, de Microtono Ediciones Musicales. Un gran año para nuestro querido maestro.